MARÍA ALEJANDRA DENUNCIA QUE FUE ABUSADA SEXUALMENTE Y DROGADA POR FABIAN BOLAÑO Y NO HA PASADO NADA

Lamentable lo que pasa hoy día con las mujeres, nosotros como medio de comunicación rechazamos todo acto en contra de la mujer, que la justicia se pronuncie y se cumpla.

La joven María Alejandra Rojas, hizo pública su denuncia que realizó hace tres Años, dónde narró por redes sociales y medios de comunicación su pesadilla basada en una atroz realidad.

Los horribles recuerdos de lo que le sucedió en diciembre de 2018, cuando -según su denuncia- Fabián Alberto Bolaños Gutiérrez, en ese entonces amigo cercano y compañero del movimiento político Fuerza Ciudadana, abusó sexualmente de ella durante un viaje a la ciudad de Bogotá.

ESTA ES SU HISTORIA.

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"Hoy he decidido romper el silencio, dejar salir el miedo y hacer público que he sido VÍCTIMA DE ACTO SEXUAL ABUSIVO, por parte de FABIAN ALBERTO BOLAÑO GUTIERREZ. No he recibido justicia a pesar de denunciar ante la fiscalía el 01/04/2019, anexando pruebas contundentes.

Llevo 3 años y 10 meses confiando en la “justicia” colombiana, para que me proteja y haga responsable a la persona que usando drogas abusó sexualmente de mí, atentando contra mi integridad física, psicológica y emocional. A la fecha, con un delito en flagrancia y pruebas que explícitamente evidencian los hechos de abuso sexual, NO SE HA HECHO JUSTICIA, Y ESTA PERSONA SIGUE HACIENDO UNA VIDA NORMAL COMO SI NO ME HUBIESE ABUSADO.

Todo ocurrió en diciembre de 2018. Viajé con alegría a Bogotá para asistir a un evento de jóvenes. La noche previa a lo que sería el lanzamiento de este evento, este abusador me dejó inconsciente usando un químico de nombre Fenotiazina, con el cual abusó sexualmente de mí.

Este individuo me desnudó completamente, me tumbó sobre el suelo y no sé cuantas porquerías me hizo en el estado de inconsciencia que él mismo provocó al drogarme. Desconozco cual hubiese sido el desenlace de esta historia si mi hermano no me hubiese encontrado.

Mi hermano me vio tirada sobre el piso de una habitación, yo estaba cubierta desde los pies hasta el cuello con un cubrelecho, alcanzándose a notar que estaba desnuda. Mi hermano solo podía ver un rostro pálido y no sabía si me había encontrado viva o muerta. Lo peor es que a mi lado se encontraba durmiendo el criminal con sus genitales al descubierto.

Mi hermano buscó a la policía y supo reaccionar para que fuese la justicia quienes observaran con sus propios ojos el estado de vulnerabilidad en el que me dejó el abusador que estaba a mi lado. Tengo fijada la imagen cada día en mi cabeza porque vi las fotos y videos de las evidencias que con valor tomó mi hermano.

Recuerdo cuando el ruido de la policía me despertó. Vi a mi hermano junto al intendente, intentando explicarme que algo había pasado. Yo no podía creerlo, mi cabeza estalló, estaba en shock, recuerdo que yo decía que me iba a lanzar por la ventana si era eso cierto. El equipo médico del CRUE Bogotá, ingresó para revisarme. Me pedían que me vistiera y yo les decía que estaba vestida, porque el shock emocional me impedía reconocerme a mí sin ropa al lado de ese sujeto. Me llevaron a la Clínica, no podía dejar de llorar.

Me dieron náuseas y mucha irritación en el estómago. Me aferré a mi hermano sin poder entender todavía que pasaba, porque a decir verdad, todavía no sé todo lo que ese abusador me hizo en mi inconsciencia. En mi cabeza todo era un sueño, nada de eso podía ser real, exámenes de sangre, citologías, medicamentos, doctoras que entraban y salían, cuestionarios sobre cómo me sentía que me revictimizaban una y otra vez, siendo obligada a narrar en diversas ocasiones mi trauma.

Me convertí en un robot que decía: estoy bien, estoy tranquila, cuando internamente estaba desorientada y sin creer que me habían hecho daño. No sabía defender mis derechos, al punto que la policía por razones infundadas dejó libre al criminal y no me permitió poner la denuncia en la clínica.

Nunca imaginé que un ser del círculo seguro de confianza, me pudiera herir y vulnerar de tan cruel manera. Solo hasta el momento en que vi las evidencias, acepté que FABIAN BOLAÑO me había abusado. Y aunque ha pasado tiempo aun me pregunto ¿por qué él abusó sexualmente de mí?, Una persona que trabajaba conmigo desde el 2016, uno de los “adultos” del movimiento que acompañaba a los más jóvenes, una persona que supuestamente defiende los derechos humanos y a las mujeres.

A los días regresé a mi casa y desde entonces, tomé por hábito siempre decir que estoy TRANQUILA, pero la realidad es que vivo con un nudo en la garganta cada día. Tengo mil manías secretas para asegurarme a mí misma que no me pasará nada y que regresaré sana y salva a casa. Nadie se imagina el esfuerzo tan grande que debo hacer cada que estoy en una fiesta o en una reunión social para no sentir miedo, y seguir fingiendo que estoy tranquila.

Hice la denuncia en la fiscalía, y el primer fiscal me dijo que debíamos cerrar el proceso “por falta de pruebas”, a pesar de que presenté fotos y vídeos donde estoy desnuda, y este abusador está a mi lado con sus genitales al descubierto, y la prueba toxicológica positiva. El caso fue remitido a un nuevo fiscal, y luego, me enteré de que había pasado a otra fiscal. Puse en conocimiento las demoras en el procedimiento ante la Secretaría Distrital de la Mujer de Bogotá, iniciaron gestiones, presionaron el proceso y luego, otra vez todo olvidado.

Desde aquel día mi vida no volvió a ser la misma, nunca me había sentido tan impotente, una parte de mi quedó rota y paralizada. Intenté olvidar lo que había pasado, pero la realidad es que nunca vuelves a sentirte normal otra vez.

Ayúdame a hacer justicia y a proteger a otras mujeres de el abusador FABIAN BOLAÑO. Gracias a las mujeres que me inspiraron a denunciar a viva voz. Invito a toda aquella que haya sido víctima de abuso sexual que denuncie para que hagamos juntas justicia." María Alejandra Rojas

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